
Los mejores tratamientos para la rosácea
La rosácea es una afección cutánea frecuente que afecta a un gran número de personas. Se caracteriza por enrojecimiento, protuberancias y granos en la cara. Si no se trata, la rosácea puede empeorar y provocar graves efectos psicológicos y físicos. Afortunadamente, existen tratamientos para minimizar los síntomas y controlar los brotes.
¿Qué causa la rosácea?
Aún no se conoce la causa de la rosácea, pero se sabe que ciertos desencadenantes, como el alcohol y las comidas calientes o picantes, empeoran la afección. El estrés también puede empeorar los síntomas, así como las actividades físicas que aumentan la temperatura de la piel.
Tratamientos médicos para la rosácea
Los medicamentos tópicos pueden ayudar a reducir el enrojecimiento causado por la rosácea. La brimonidina (Mirvaso) y la oximetazolina (Rhofade) son dos medicamentos tópicos recetados por los médicos para reducir los vasos sanguíneos causantes del enrojecimiento. Los resultados pueden observarse a las 12 horas de su uso.
Es importante evitar ciertos factores que pueden empeorar la afección, como la exposición al sol, las cremas con cortisona, las mascarillas, el estrés y el alcohol. Algunas personas también pueden experimentar una mejoría de su rosácea con cambios en la dieta y suplementos dietéticos, como el colágeno.
En los casos más graves, pueden recetarse medicamentos para reducir la inflamación, tratar los síntomas parecidos al acné o reducir el enrojecimiento. Los antibióticos sistémicos pueden actuar sobre las bacterias que suelen estar presentes en la piel de las personas con rosácea. Entre los medicamentos orales para la rosácea están las tetraciclinas, los macrólidos y la isotretinoína.
Tratamientos cutáneos para la rosácea
Los tratamientos tópicos son esenciales para controlar los síntomas de la rosácea. Los medicamentos habituales son el metronidazol y el ácido azelaico, que pueden ayudar a reducir la inflamación y el enrojecimiento. La niacinamida, también conocida como vitamina B3, puede ayudar a mejorar la textura de la piel, reducir el enrojecimiento y regular la producción de sebo. Una crema Weleda con extracto de caléndula, cera de abeja y aceite de almendras puede proporcionar un alivio inmediato para calmar la piel irritada y reponer la barrera lipídica de la piel.
Otros tratamientos que pueden utilizarse para ayudar a controlar la afección incluyen láser, un dispositivo IPL y tratamientos quirúrgicos. El tratamiento con láser se utiliza para reducir los capilares dilatados. Un dispositivo IPL reduce el enrojecimiento y mejora la textura general de la piel. Los tratamientos quirúrgicos pueden utilizarse como último recurso para eliminar o reducir el enrojecimiento o el engrosamiento de la piel que suele causar la rosácea.
Tratamientos caseros para la rosácea
Para ayudar a controlar la rosácea, existen varios tratamientos caseros que puedes utilizar. Entre ellos se incluye la hidratación, bebiendo mucha agua y utilizando una crema o loción hidratante sobre la piel. Mantener la cara limpia y sin maquillaje también puede ayudar a reducir los brotes. Llevar un protector solar con un FPS de 30 o más, incluso en días nublados, puede prevenir todo tipo de daños, incluidos los causados por la radiación UV.
Una dieta sana y equilibrada puede ayudar a reducir los brotes causados por determinados alimentos y bebidas. Se ha demostrado que el aceite de árbol de té reduce la inflamación y mejora el aspecto de la piel. También puede utilizarse como tratamiento localizado, o mezclado con una crema hidratante.
Los tratamientos caseros son una forma estupenda de ayudar a controlar los síntomas de la rosácea, pero es importante hablar con un profesional médico sobre los tratamientos médicos disponibles. Los tratamientos médicos pueden tener importantes beneficios a largo plazo y pueden ayudar a reducir la gravedad de la afección.
Em resumen, la rosácea puede causar importantes trastornos emocionales y físicos. Afortunadamente, existen tratamientos que ayudan a controlar la enfermedad. Los medicamentos tópicos, los tratamientos para el cuidado de la piel, los medicamentos y los tratamientos emocionales pueden ayudar a reducir la inflamación, tratar los síntomas asociados y mejorar la textura de la piel. Los tratamientos caseros, como la hidratación, evitar los desencadenantes y utilizar protectores solares, también pueden ayudar a reducir los brotes. Habla con un médico o dermatólogo si experimentas síntomas asociados a la rosácea.
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